Este es un animal propio de las zonas montañosas de la Cordillera de los Andes, que se conoce como Altiplano, que ocupa el este de Bolivia y Perú y el norte de Argentina. Sin embargo es poco común ver a las llamas en ambientes salvajes por tratarse de un animal doméstico. Su importancia económica ha hecho que hoy sea posible encontrarlas en Estados Unidos, algunos países de Europa y Australia.
La llama es un mamífero artiodáctilo, es decir que cuenta con un número par de dedos en sus patas, de los cuales apoya por lo menos 2. En el caso de este animal, posee 2 dedos en cada una de sus 4 patas, provistos de almohadillas que le sirven para amortiguar el peso durante la marcha y para desplazarse por los escarpados terrenos de su hábitat. Aunque se desconoce cómo llegó a desarrollarse, se sabe que la llama es una creación artificial obtenida a partir del guanaco. Pertenece a la familia Camelidae. Su nombre científico es Lama glama. Este animal se destaca por su cuello delgado y largo. Mide entre 1,70 y 1,80 metros de altura y su peso oscila entre los 130 y 200 kilogramos. Su cuerpo está cubierto por un largo y grueso pelaje que puede exhibir variados colores: beige, marrón, blanco y amarillo. Su cabeza es estrecha con orejas redondeadas y un hocico donde sobresalen sus dientes incisivos inferiores, dentro de una conformación dentaria de 32 elementos. Una singular característica de la llama es que cuenta con una gran cantidad de hemoglobina en su sangre y sus glóbulos rojos son ovalados. Ésta, constituye una adaptación genética de estos animales que les permite moverse naturalmente en ambientes con escasez de oxígeno como ocurre en la zona del Altiplano.
A inicios del siglo XXI hay aproximadamente siete millones de llamas en Sudamérica, otras ciento cincuenta y ocho mil en Estados Unidos y Canadá.